Después de la jugarreta que me gastó blogger el fin de semana pasado cuando estaba a punto de publicar la entrada con la reseña de este libro, he vuelto a hacer los deberes, y aquí os la traigo. La novela se titula "Al otro lado de la noche" de Jan van Mersbergen.
Este libro me lo ha enviado la editorial Rayo Verde, a la que agradezco el ejemplar. El libro venía acompañado de un marcapáginas, a mi parecer, muy práctico y original. Y es que a pesar de que los códigos QR y su utilidad son conocidos desde hace tiempo, pocas empresas le sacan partido. En esta ocasión, Rayo Verde, sí lo ha aprovechado mostrándonos en el marcapáginas algunos de sus títulos, acompañados cada uno de ellos con el código QR correspondiente, que nos llevará a la zona de su página web donde se nos da más información del libro, si lo deseamos escanear (claro está).
Sinopsis:
"Una noche de carnaval. Una noche de carnaval tras cinco años sin una noche libre. Disfrazarse. Ser uno mismo. Estar solo. Emborracharse. Entregarse. Perderse. Reír. Convertirse en padre. Añorar. Follar. Llorar. Pelearse. Encontrarse. Mantenerse en pie. Sentirse parte de algo. Vivir."
Si os fijáis en la portada es muy pintoresca, animada y graciosa. Como bien se puede leer en la sinopsis e identificar en la imagen de la portada, este libro trata sobre el Carnaval, la fiesta, la alegría, la diversión y la desinhibición. Y después de leer el libro, cerrar la tapa a la vez que piensas en la historia que te han contado casi sin que te des cuenta, y encontrarte de nuevo con la portada, relacionas muchos conceptos y eres capaz de reconocer al protagonista, de reírte recordando "Grus grus", y ver la portada tal y como es: el Carnaval.
Y por si aún tuviéramos dudas, el libro comienza con esta frase: "Por Carnaval no vas disfrazado de otra persona; por Carnaval al fin eres tú mismo". ¡Y qué razón tiene!
La historia empieza cuando Carry, la canguro, junto a Alvin, el niño, y las dos gemelas, Helen y Nettie, acercan a Ralf, nuestro protagonista, a la estación de tren, junto a su tío Lau. Maybelle, la mayor, en cambio, no ha podido acompañarles, aunque lo deseaba. Ralf y Lau van disfrazados de barqueros, con el mismo atuendo y con una bolsa para las monedas.
"Tras cinco años sin pasar una noche fuera yo solo por fin me animé" nos cuenta Ralf. Por lo visto, su tío Lau le ha convencido para que se vayan juntos al Carnaval, e incluso se lo ha notificado a Sara, la mujer de Ralf, que sólo ha dicho "Bien".
La historia está contada en primera persona desde el principio hasta el final. Los diálogos no abundan y por regla general son bastante cortos. Pensé que me iba a aburrir, pues el libro parece un diario, en el que Ralf ha plasmado todos sus pensamientos, pero el autor ha conseguido transmitirme el mensaje que se proponía sin que baje mi atención sobre la historia.
"Tomamos una cerveza en ese bar y en aquel y en aquel otro y en un puestecillo callejero hasta que perdí de vista a mi tío". Aquí es donde comienzan de verdad las aventuras de nuestro amigo Ralf. Como es carnaval se va encontrando a lo largo de toda la noche que pasa en vela con muchos personajes que llevan disfraces de lo más variados: curas, mexicanos, hadas, girasoles, brujas, Heidi, Bambi, pitufos, payasos, osos, cowboys, guardabosques, Vilma Picapiedra, payasos, caballeros medievales, Robin Hood, magos, mariachis, y muchos más.
Al principio nos da la sensación de que nuestro protagonista es una persona estresada, que lleva mucho tiempo con la misma rutina y monotonía, incapaz de desconectar. Le resulta imposible disfrutar del momento, y se encuentra pensando constantemente en las preocupaciones diarias y rutinarias. Vamos, lo que nos ocurre a todos que hemos pasado por esa misma situación. Que hasta que logras desconectar, pasa un tiempo y a partir de ese momento ya comienzas a disfrutar de lo que tienes por delante. Imaginaros su posición: "Lo que ella necesitaba era confianza y un hombre fuerte capaz de tomar de vez en cuando las riendas de la casa. De vez en cuando, decía entonces. Las cosas salieron de otra forma. Cinco años, todos los días, todas las noches."
"Llevo mucho tiempo con Sara y los niños, ya no me acuerdo de lo que buscaba, de lo que tengo, de lo que espero. Estoy, sin estar. Como si después de llevar años sentado en una silla me hubiese levantado con el asiento pegado al trasero, cálido y confortable, pero carente de respaldo."
Las cosas que pasan a su alrededor siempre le recuerdan a algo de su vida familiar. Por ejemplo: "Cuando vuelvo a mirar al frente me encuentro a una Mariquita que pregunta: - ¿Me dejas pasar? - Cómo no. Pasa a mi lado. Huelo su perfume. El mismo perfume barato de adolescente que Maybelle guarda en su habitación junto al espejo."
La novela nos va contando la historia poco a poco, y el protagonista nos lleva de un sitio a otro con sus pensamientos, igual que si tiráramos de una madeja de hilo y fueran saliendo todo lo que se encuentra liado. ¿No os ha pasado a vosotros que estáis pensando en algo y ese algo os lleva a otra cosa siguiendo una secuencia de ideas relacionadas mínimamente entre si, pero totalmente diferentes las unas de las otras? Pues a Ralf, igual. Y con esta forma de narrar vamos conociendo el pasado de nuestro protagonista y de las personas que tiene a su alrededor. Llegamos a descubrir gracias a sus recuerdos, algunos momentos de su pasado de los que se arrepiente y que le carcomen, y es que la conciencia no nos deja tranquilos a ninguno.
Pero estamos en Carnaval. Y en esa época del año, además de disfrazarte, bebes, y nuestro protagonista pasa de las setenta cervezas, acompañadas de otras bebidas alcohólicas. Tras perder a su tío, Ralf se encuentra con un grupo al que se une. "La música está a tope y retumba a más no poder. El ritmo es frenético". Y actúan como amigos y camaradas de toda la vida, compartiendo la bebida y poniendo un bote para el resto de bares. Van juntos a todas partes aunque alguno desaparezca y luego vuelva a aparecer más tarde. Se cuentan sus gracias y desgracias.Todos juntos, borrachos como cubas, pero apoyándose unos a otros, resistiendo la inclemencia del tiempo. Como una piña. Y por momentos, te hace sentir que eres un acompañante más en la fiesta, y que la cerveza que le pasan a Ralf también te la han acercado a ti. Y es que "Hay que involucrarse al cien por cien en la fiesta. Poner el máximo empeño en absorber el vigor del carnaval. Implicarse".
- "Lo pasado, pasado está. Lo que será, será. Y todo lo que hay entre medias es el ahora".
- "Soy barquero. No avanzo, sino que voy y vengo. Al otro lado y vuelta. Siempre termino por tener delante lo que acabo de dejar atrás".
- "Sólo puedes despedirte de algo que ha estado contigo".
- "Son esas pequeñas cosas las que me emocionan. Un pajarito entre las ramas de un seto. Baldosas mojadas junto a una piscina. El sonido de una trompeta que sale por una ventana abierta. El rojo de un pimiento asado. ..."
También encontramos descripciones abundantes y comparativas
- "sus palabras se desplazan por el agua como piedras planas, describiendo una línea curva, pero cuando caen de lado y se hunden..."
- "Gotas de condensación caen sobre la gente, como en el puesto de pescado de la plaza cuando el vendedor sacude la lona con una escoba después de un chaparrón. Como cuando un pie calzado con un número 45 da un punterazo a un árbol tras ese mismo chubasco. Como las salpicaduras de aquella mañana en el suelo del cuarto de baño y las mangas de camisa".
Y no puedo dejar de mencionar que está amenizado con varios chistes relacionados con el latín (idioma del que saldrán algunas palabras a lo largo del texto).
- "¿Cómo se dice Pato hawaiano en latín? Anas ananas."
- "¿Cómo se dice pato homosexual? Anas anus."
En definitiva, "Al otro lado de la noche" es un libro sobre la amistad, y el amor, que nos cuenta una historia sencilla de una forma diferente, y que te hace reflexionar sobre lo que tienes, ver lo que realmente quieres y darte cuenta de que ya lo tienes. No necesitas nada más para ser feliz. Es un libro para ver la vida desde otra perspectiva, porque "es todo tan parecido y todo tan distinto"...
"Larus es gaviota en latín. De Larus a Lazarus que significa borracho como una cuba en neerlandés sólo hay un paso...[] Es todo tan parecido y todo tan distinto".
Pues muchas gracias por tu reseña, la que por fin has podido publicar. No conocía el libro ni a la editorial, así que apuntado queda. Un saludo
ResponderEliminarNo conocía este libro pero me gusta mucho lo que nos cuentas, lo tendré en cuenta para futuras lecturas. Besos
ResponderEliminarNo conocia el libro pero con tu reseña me han entrado ganas de leerlo ya,besotes
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado. La verdad es que es una historia muy curiosa.
ResponderEliminarUn saludo.
No conocía el libro y la portada me ha parecido preciosa. A ver si me lo tropiezo y le echo un vistazo de cerca. 1beso!
ResponderEliminarTampoco conocía el libro y me has dejado con curiosidad, que se ve bastante bien. Y me alegro qeu por fin blogger te haya dejado publicar la reseña!
ResponderEliminarBesotes!!!
Es todo tan parecido y todo tan distinto, muy buena frase. Me alegra que hayas podido sacarla a la luz, después del incidente y tiene buena pinta. Besos
ResponderEliminarNo conocía la editorial y mucho menos el libro. Voy a curiosear su página...
ResponderEliminarBesos,
Pues mira, me gustan mucho más los libros con amistades que con amores. Me ha llamado la atención este libro, me lo llevo apuntado
ResponderEliminarBesos
Me alegro de acercaros a una editorial que no conocíais y a un libro que os puede interesar. Si al final lo leéis, contadme vuestras experiencias con él.
ResponderEliminarUn saludo para tod@s.
Me gusto mucho la portada, no conocía este libro y editorial, aunque dudo de que haya llegado a mi país pero si algún día lo llego a ver, no dudare en traerlo.
ResponderEliminarSaludos y gracias por la reseña.
Pues no conocía el libro, pero pinta muy bien!!
ResponderEliminarMe lo llevo apuntado!
Besotes
Se ve que esta bien, pero a mi este tipo de libros no me van, huyo un poco la verdad de ellos, ahora mismo prefiero el amor bonito y dulce. :)
ResponderEliminarBesos.