Buenos días blogueros,
El 19 de febrero, dentro de las actividades programadas por la Biblioteca de Culturas Contemporáneas de Estepona, se celebró un taller a cargo de la escritora Silvia Hidalgo a la que asistí. Antes de comenzar con el taller propiamente dicho nos estuvo hablando de su trayectoria como escritora y nos leyó el primer capítulo de este, su segundo libro. Me pareció original su forma de narrar la historia y me dejó tan buen sabor de boca que me acompañó a mi casa. Y hoy os doy mis impresiones.
SINOPSIS de Yo, mentira
"¿Quién lleva una sola vida? Me pregunto si llevar una doble vida o vivir por encima de nuestras posibilidades no son las únicas opciones dignas para nosotros, los mediocres".
La narradora de Yo, mentira es una mujer que ronda los cuarenta, está casada con el Escritor, es madre de un niño pequeño y empleada en el departamento financiero de una empresa. Pero estas definiciones están vacías; ella no sabe quién es o, peor, si es alguien. Una vez se sintió auténtica, pero eso fue hace muchos años, cuando era cajera en un supermercado. En el presente, su sensación de desengaño y de vacío se han vuelto asfixiantes, y las dudas la persiguen del parque al coche, de la oficina a casa. La necesidad brutal de ser otra la lleva a romper su burbuja y estropearlo todo. Ya habrá tiempo después para recoger lo que se salve.
Narrada en una primera persona que destila honestidad, esta novela se adentra con perspicacia en los claroscuros de la intimidad de una mujer. Silvia Hidalgo abraza la ironía y el sarcasmo para interpelarnos acerca del fracaso, el engaño, la pareja, el deseo y el cuerpo.
AUTORA de Yo, mentira
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Foto sacada de: https://www.ahoragranada.com/ |
Silvia Hidalgo nace y vive en Sevilla. Es autora de Dejarse flequillo (Amor de madre, 2016), su primera novela, y ha participado en varias antologías de relatos como Folloneras, She was so bad o Cuadernos de Medusa. Yo, mentira es su segunda novela.
OPINIÓN de Yo, mentira
Publicada por la Editorial Tránsito en 2021, Yo, mentira es una novela corta que nos hace reflexionar sobre el estado actual de nuestras vidas a través de una protagonista que podría ser cualquier mujer. Por eso no tiene nombre. En realidad, ningún personaje lo tiene porque la importancia no radica en una persona concreta. Como bien dice la autora, este libro es una "autoficción colectiva" basado en la suma de múltiples historias y experiencias.
A lo largo de sus 43 capítulos y 172 páginas constataremos algo que ya tenemos presente en nuestro día a día pero que olvidamos continuamente porque los quehaceres diarios no nos dejan tiempo para pensar en otra cosa. Y es que no hay nada más mortífero que la rutina. Nuestra protagonista está sumida en una de la que quiere escapar a toda costa.
Escrito de forma sencilla y ágil, con capítulos cortos y oraciones también breves, Silvia Hidalgo nos va plasmando pequeñas escenas cotidianas de la vida de nuestra protagonista. Su vida, narrada en primera persona, parece una vida feliz, una vida que cualquiera anhelaría. Está casada con El escritor, un chico que además de escribir da clases en la universidad. Una persona con la que es feliz , con la que no discute, con la que comparte cosas y con la que convive en paz y armonía.
Su familia se complementa con un hijo pequeño, que está a punto de cumplir seis años, y que es un torbellino. Le gusta jugar en el parque con sus coches y ser un poco cafre como, por ejemplo, destruir cosas, meterse con otros niños, etc. No es un chico tranquilo de los que deja a su madre leer mientras él juega en el parque.
Entre los tres hay amor, hay complicidad, hay risas, momentos de relax, de ocio y de tranquilidad. Aparentemente, esa vida que nos muestra nuestra protagonista a través de su relato parece perfecta.
Me extraña que mi vida apenas cambie y que sin embargo mi estado de ánimo siga el patrón lunático de las mareas, por eso no debo tener razón alguna cuando estoy triste y menos aún cuando me siento feliz.
Nada ha cambiado. He fracasado. Sigo siendo yo. [...] Quiero que diga por mí que no soy lo que esperaban, que me señale como mala esposa, como perdida, indecente, desleal y mala madre; una marca que diga que soy una bruja; una letra escarlata que dé miedo, que dé envidia y que dé asco a todos, a todos lo que todo lo saben, a los rectos, a los intachables, sobre todo a esos.
En resumen, Yo, mentira es una profunda reflexión sobre nuestro día a día. Sobre esa cara que ocultamos a todo el mundo incluidos nosotros mismos. Una historia que nos hace cuestionarnos si nuestras vidas son como quisiésemos que fueran, que nos hace especular sobre lo que cambiaríamos para que dejen de ser nuestras vidas, darle ese toque de color que creemos que le falta y dotar de un sentido completo a aquello a lo que en estos momentos no se lo encontramos.
De camino a casa no hay punzada en el estómago, pero la pregunta está en cada anuncio, en cada semáforo. ¿Por qué? Al escritor le contestaría que lo hago porque yo no sé escribir, no tengo personajes que vivan por mí; a mi niño le respondería que no recuerdo cómo se juega, que ya no sé fingir ser un policía o un superhéroe y que ser solo una misma a veces es muy poco; a Pantera le contaría que no pertenezco a ninguna lucha que me haga útil. Todas las respuestas serían verdad y un poco mentira, como todas las palabras, porque lo único en lo que pienso cuando me pregunto por qué es en sus zapatillas verdes bailando bajo la mesa.
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