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viernes, 5 de marzo de 2021

Que se levanten los muertos (Fred Vargas)

 Buenos días blogueros,

No sé cuál es la razón por la que los libros de algunos escritores reconocidos a nivel mundial se quedan en la retaguardia. Ese ha sido mi caso con Fred Vargas, una autora de la que he leído críticas muy positivas pero con la que nunca me he atrevido. Gracias al reto de Marisa de la A a la Z me he puesto con una de sus novelas: Que se levanten los muertos.


Que se levanten los muertos (Fred Vargas)


SINOPSIS:


Tres jóvenes historiadores en paro no parecen el equipo más idóneo para resolver un caso de homicidio cuyas causas se remontan hasta un pasado lejano, lleno de rencor y celos. Pero, en ocasiones, el entusiasmo, la intuición y la capacidad de análisis consiguen más de lo que podamos imaginar. El escenario: una calle del centro de París, donde todo el mundo se conoce y nunca pasa nada, pero nada pasa desapercibido ...



SU AUTORA:


Fred Vargas - Que se levanten los muertos


Fred Vargas ( Frédérique Audouin - Rouzeau, París , 1957), medievalista y arqueóloga, se dedica de forma paralela a la literatura policíaca, habiéndose convertido desde sus primeras novelas en un arrollador éxito, no solo en su país sino también en las 32 lenguas en las que ha sido traducida. Original en su concepción del género, obras como El hombre de los círculos azules, Más allá, a la derecha, Que se levanten los muertos, Huye rápido, vete lejos, Sin hogar ni lugar, Los que van a morir te saludan, El hombre al revés o Bajo los vientos de Neptuno han hecho a Fred Vargas acreedora de galardones como el Prix Mystère de la critique ( 1996 y 2000), el Gran Premio de la novela negra del Festival de Cognac (1999), el Deutsche Krimipreis (2004 ) y el Giallo Grinzane ( 2006). 

Varias de sus novelas han sido llevadas a la televisión y ella misma, junto al historietista Edmond Baudoin, ha adaptado algunos de sus títulos en novelas gráficas como Los cuatro ríos y El vendedor de estropajos.

En 2018 ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. El jurado señaló que su escritura «combina la intriga, la acción y la reflexión con un ritmo que recuerda la musicalidad característica de la buena prosa en francés» y que, en sus novelas, «la Historia surge como metáfora de un presente desconcertante».


OPINIÓN:


Que se levanten los muertos es una novela de trescientas once páginas escrita por Fred Vargas, publicada en 2008 por Ediciones Siruela y traducida por Helena Del Amo.

En la obra tenemos como protagonistas unos personajes atípicos, al menos para mí. Nos encontramos con tres historiadores, cada uno especializado en una etapa histórica diferente, cuyos únicos puntos en común son tener treinta y cinco años y estar sin blanca. 

Así, Mathias Delamarre es un prehistoriador, alto, rubio, con ojos azules y fuerte. Es muy callado, reservado y un pozo de sabiduría. Tiene habilidades que pueden recordar a los hombres de las cavernas. Es el prototipo de cazador-recolector y se dedica más a dejar que los demás se alimenten e intenta calmar los ánimos de sus acompañantes con lo que tiene más a mano. En este caso, pan. Le encanta ir desnudo porque es como más cómodo se siente.

-No estoy completamente desnudo, llevo puestas las sandalias - respondió Mathias tranquilamente.

Marc Vandoosler está especializado en la Edad Media. Es delgado, siempre viste de negro y nunca se desprende de sus cuatro grandes anillos de plata, medio africanos medio carolingios.  Al contrario que Mathias, Marc hace de su charlatanería un arte. Con él descubriremos las propiedades curativas de caminar, para despejar la mente y poder pensar con claridad. Da importancia a los hechos y no a las apariencias, y no se da por vencido cuando todos los indicios señalan en una única dirección.

Y, por último, Lucien Devernois es Historiador de la Gran guerra ocurrida del 14 al 18 (Historia contemporánea). Es bruto y no le gusta andarse con rodeos para dar su opinión. Le encanta vestir con traje y corbata y actualmente da clases en un colegio.

Los tres, con el agua al cuello y la necesidad de buscar un sitio donde vivir, tras una breve charla, deciden compartir un caserón destartalado de cuatro plantas que está situado en una céntrica calle de París, rodeado de casas formidables. Tras un buen trato económico y la obligación de hacer todas las reparaciones y poner al día ellos mismos la vivienda, los tres se mudan al caserón.

Se reparten la vivienda por plantas, siguiendo el orden cronológico de la Historia. Es decir, Mathias Delamarre, apodado San Mateo, habita en la planta más baja (Prehistoria). Marc Vandoosler, apodado San Marcos, ocupa la planta intermedia (Edad Media). Lucien Devernois, apodado San Lucas, vive en la planta de arriba (Primera Guerra Mundial).

Junto a ellos aparece días después, un ex policía de sesenta y ocho años, Armand Vandoosler, el tío y padrino de Marc, que ocupará el último piso. Vandoosler decide apodar a nuestros protagonistas como San Mateo, San Marcos y San Lucas. Por ello son conocidos como Los tres evangelistas.

Nuestros protagonistas son vecinos de Sophia Siméonidis, una soprano lírica popular que se retiró seis años atrás.  Está casada con el señor Pierre Relivaux, que trabaja para asuntos sociales. Un día, Sophia, preocupada por un árbol que aparece de repente (de la noche a la mañana) en su jardín sin que nadie parezca haberlo plantado, y del cual su marido no parece preocuparse, decide pedir ayuda a Mathias, Marc y Lucien para averiguar qué hay detrás de todo este asunto, quién ha plantado el árbol y con qué intenciones. Poco después Sophia desaparece misteriosamente y Los tres evangelistas se verán en la obligación de resolver el misterio del árbol, la desaparición de Sophia, y un asesinato. Gracias a Vandoosler nuestros protagonistas tendrán algo de ayuda del inspector Leguennec, un antiguo compañero de la policía. 

La búsqueda de lo excepcional obliga a plantearse que lo esencial normalmente está oculto.

Que se levanten los muertos no es una obra trepidante con la que saltes del sillón. No es un thriller. Es una lectura calmada pero muy bien planteada. Los personajes, como os decía al principio, son atípicos, en tanto en cuanto parecen actuar como lo harían las personas de la época que ellos investigan como historiadores. Cada uno da un punto de vista totalmente diferente dependiendo de cómo actuarían en su época.  Por ejemplo, Lucien a la hora de hablar suele referirse a las cosas con nomenclatura de guerra. En vez de decir derecha o izquierda dice frente occidental y frente oriental. 

Prever las maniobras del adversario, amigo mío, es el auténtico secreto de una guerra.

A lo largo de la novela, por supuesto, aparecen otros personajes como Juliette Gosselin, una guapa mujer propietaria de la taberna Le Tonneau situada a la izquierda del caserón, Alexandra y su pequeño hijo Cyrille, y alguno más, pero el peso lo llevan nuestros protagonistas.

Fred Vargas ha conseguido con la novela Que se levanten los muertos una historia pausada. No se deshace en descripciones de lugares y personas, pero sí se centra en los protagonistas, en su forma de ser (carismáticos, buenos, encantadores), en la forma en la que conviven y actúan. Nos muestra cómo ser diferentes puede ser algo bueno si se dejan atrás las diferencias y se aúnan las características que les hacen únicos para ver el misterio desde otras perspectivas. Los tres evangelistas dan lo mejor de sí mismos en la búsqueda de Sophia y en la resolución del misterio. Cooperan, se distribuyen el trabajo y se organizan. Parecen verdaderos investigadores y es que realmente lo son, aunque especializados en otros períodos históricos. 

No se puede ser historiador si no se sabe curiosear.


Calificación:

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