Buenos días blogueros,
El libro que hoy nos ocupa fue ganador del Premio de novela Fernando Lara 2020. La bruma verde fue una novela de la que leí críticas muy positivas y que puso mis expectativas muy altas. ¿Queréis saber qué opino yo? ¡Empezamos!
Imagen sacada de Planeta de libros |
SINOPSIS de La bruma verde
Bineka, nacida en la profundidad de uno de los últimos pulmones verdes del planeta, es apresada por Máxime y sus hombres, que han arrasado su aldea. Pero, tras sufrir un accidente, la madre selva la protege y es adoptada por un clan de chimpancés, con los que convivirá varios meses.
Al mismo tiempo, Lola Freixido, una exitosa directiva, viaja al Congo para rescatar a su mejor amiga, Beatriz Arriondas, una cooperante medioambiental que ha sido secuestrada.
Bineka y Lola se enfrentarán a una compleja trama de corrupción y se verán abocadas a una huida llena de aventuras que correrán en compañía de Colin Blackhill, un cooperante británico que se cruza en su camino y que ayudará a la joven congoleña a luchar por la conservación de su mundo.
Un vertiginoso thriller. Un conmovedor alegato ecologista. Un canto al conservacionismo y una gran historia de amor en la legendaria selva africana.
AUTOR de La bruma verde
Gonzalo Giner logró un gran éxito literario con El sanador de caballos (2008), que lo convirtió en un autor de renombre y en un referente de la literatura popular. Veterinario de profesión, con aquel título quiso investigar el inicio de su oficio. En su siguiente novela, El jinete del silencio (2011), nos descubrió los orígenes de la creación de la raza española de caballos durante el siglo XVI. En Pacto de lealtad (2014), el autor dio un salto en su producción literaria: una novela minuciosamente documentada que narró, por primera vez, la participación de los perros en dos de las guerras más sangrientas del pasado siglo XX, la guerra civil española y la segunda guerra mundial. En el año 2017 publicó Las ventanas del cielo, una maravillosa novela histórica sobre la creación de las vidrieras góticas.
OPINIÓN de La bruma verde
La bruma verde es una novela de aventuras compuesta por 606 páginas, 71 capítulos y epílogo. La historia que nos cuenta su autor, Gonzalo Giner, está dividida en cuatro partes diferenciadas y tiene un trasfondo que pretende ser una crítica social sobre los graves problemas que está causando el primer mundo en El Congo.
Este libro, cuya primera edición fue publicada por la editorial Planeta en octubre de 2020, comienza con dos tramas diferentes que confluirán a mitad del libro.
Por un lado, en el Congo, encontramos un pequeño poblado en el que vive nuestra protagonista Bineka junto a su abuelo Tonuk y su amiga Sanza. Su vida discurre plácidamente hasta que, de repente, un día al volver de buscar comida descubren que su pueblo ha sido arrasado y sus habitantes asesinados. Los responsables de tal matanza aún están en la aldea y consiguen matar a Sanza y raptar a Bineka, salvándola de una muerte inminente, tras descubrir en ella esos maravillosos, grandes y espectaculares ojos verdes que posee y que, como su abuelo Tonuk le decía, parecían formar parte de la selva. Tras sufrir un accidente, Bineka logra escapar de sus raptores y huir por la selva donde, gracias a la sabiduría y enseñanzas que le proporcionó su abuelo, conseguirá relacionarse con los chimpancés, parecer una más entre ellos y que la acepten en el grupo evitando así tener que continuar su travesía sola en la inmensa selva eludiendo afrontar en solitario los peligros que allí acechan. Esta parte nos recordará a Mowgli y El libro de la selva.
Por otro lado tenemos a Lola, una directiva ejecutiva de una empresa de telecomunicación muy importante que durante una reunión de trabajo recibe una llamada que la deja en shock. En ella le informan de que Beatriz Arriondas, su mejor amiga, posiblemente haya sido secuestrada pues lleva desaparecida un tiempo y no ha dado señales de vida. Por eso, Lola no duda en dejarlo todo para buscar a su amiga y marcharse de Galicia, su tierra natal, con destino al Congo, donde Beatriz estaba trabajando de cooperante. Quiere ver y tocar todo lo que Beatriz vio y tocó, quiere hablar con las personas que la vieron por última vez e intentar conseguir toda la información posible que le dé alguna pista para buscarla. En este proceso conocerá a Colin Blackhill, uno de los delegados de la ONG Greenword, en la que colaboraba Beatriz.
Prepárate para el concentrado de sensaciones más potentes que posiblemente hayas experimentado en tu vida.
Gonzalo Giner ha intentado que esta novela sirva de crítica social y lo ha conseguido. La primera parte, la de Bineka y los chimpancés, nos habla de deforestación y genocidio. Está muy trabajada y la lectura me ha absorbido por completo, haciéndome sentir parte de la manada a la que se une Bineka, comprendiendo su jerarquía y entendiendo su forma de actuar como, por ejemplo, las peleas por ser el macho dominante o la protección que ofrecen las hembras. Sufriremos, como ellos lo hacen, con la deforestación provocada por empresas multimillonarias con intereses puramente económicos, la falta de comida que eso conlleva, etc. Nos habla de la necesidad de cuidar estos espacios naturales, de los animales en peligro de extinción, de la forma que tienen de cuidarse entre ellos, de buscar comida y alimentarse, de moverse de un sitio a otro dependiendo de donde haya comida, del sentimiento de unidad frente a los peligros, de proteger a la manada de otros grupos con los que se puedan encontrar, etcétera.
En la segunda parte, se nos habla del trabajo tan grande y desinteresado que hacen los cooperantes de las ONG, del sentimiento de felicidad que les invade cuando hacen algo para ayudar a los demás sin pedir nada a cambio. Igualmente, el autor, nos deja ver cómo la ingratitud provoca que el desánimo se les venga encima al ser conscientes de todas las injusticias que ocurren y que no pueden frenar. También nos habla de los malnacidos que hacen cualquier cosa por ganar dinero (me refiero tanto a empresas como a personas como a sicarios últimos). Hablamos de asesinatos rayando el genocidio, de deforestación de los magníficos bosques tropicales del Congo o del daño que causa la ambición de unos pocos. Gonzalo Giner no olvida la corrupción en general y la del Congo en particular, donde se ha normalizado pagar bajo mano a las autoridades para librarse de cualquier trámite o situación indeseada. El autor nos describe los pueblos del Congo, el lamentable estado de sus calles, de las chozas o de las casas en las que habitan los congoleños o de los caminos prácticamente intransitables que hay que recorrer para llegar a cualquier vivienda. Pone de manifiesto la caza furtiva, la tala indiscriminada y nos habla mucho de su cultura y sus costumbres.
La ambientación de la novela La bruma verde de Gonzalo Giner es muy buena; las descripciones del Congo son espectaculares: sus ríos, sus bosques, sus habitantes, su forma de vida. Quedamos prendados de su extraordinaria belleza, nos infunde un sentimiento de libertad completa y desinhibida, y nos emociona y duele el daño que se le está haciendo al terreno y a sus habitantes.
El autor también nos llevará de viaje a Galicia, a Madrid y a Londres. Pero para mí, la parte importante y fundamental está en El Congo.
Siempre dicen que las expectativas son malas y yo tenía muchas expectativas puestas en este libro. Por eso, a pesar de habérmelo comprado hace casi un año, no lo he leído hasta ahora. Aún así, hay algunas cosas que me han chirriado y que, personalmente, no considero que sean creíbles, reales ni posibles. Cosillas que han conseguido restar puntos a la valoración de mi lectura.
La principal protagonista, Bineka, una joven de 17 años que hará todo lo que esté en su mano para defender la selva y a los suyos, está muy bien perfilada. Brilla por sí misma y podríamos decir que eclipsa un poco a los demás personajes restándoles protagonismo. Me ha encantado la relación de amistad sincera y desinteresada que mantiene con Fuhara, un bebé chimpancé huérfano alegre, inocente y despreocupado.
Me ha costado mucho la primera parte en la que coinciden Colin y Lola. Me ha resultado pesada a ratos al repetir continuamente que todo lo hacían por Beatriz, por buscar a Beatriz, por encontrar a Beatriz, porque es mi amiga Beatriz,... Y aún así, cuando ya tenemos claros los motivos por los que actúan Lola y Colin se sigue repitiendo la canción machacona de Beatriz, Beatriz, Beatriz. Da la sensación de que ni siquiera el autor se cree las motivaciones de Lola y Colin para buscar a la desaparecida y lo remarca tras un tiempo para hacer un recordatorio que no debería ser necesario si realmente las motivaciones se notaran a lo largo del trascurso de la novela.
Me he sentido un poco engañada en tanto en cuanto en la sinopsis se nos habla de "Un vertiginoso thriller". Yo no considero que La bruma verde sea un thriller. La englobo en una novela de aventuras con momentos de alta tensión. También se nos dice que tiene "una gran historia de amor en la legendaria selva africana". Cuando uno lee esto piensa en amor romántico, un amor sincero entre dos personas que perdurará en el tiempo. Yo no lo he visto entre los personajes pero sí entre Bineka y su tierra, El Congo. Tal vez el error haya sido mío por interpretarlo de manera incorrecta.
No he entendido la actitud del padre de Beatriz ni he compartido el distanciamiento de su pareja.
Además, el final me ha parecido muy brusco y abrupto. Después de toda una novela de más de 600 páginas esperaba que el final fuera más paulatino y se extendiera algo más de dos páginas, que el autor diera más explicaciones y que me dejara con mejor sabor de boca. Es un final que no me ha convencido ni gustado.
En definitiva, La bruma verde de Gonzalo Giner es una novela de aventuras con un trasfondo de crítica social para que podamos abrir los ojos e intentar solucionar el grave problema que están viviendo en el Congo y pon ende, en el mundo entero.
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