Buenos días blogueros,
Hoy quiero hablaros de un libro que me ha gustado mucho: Una fuente junto al camino, escrito por Susana R. Miguélez y publicado por la Editorial Nazarí.
SINOPSIS:
«Cuando Irina llega al pueblo sola, vencida y sin esperanza, no imagina que se va a ver envuelta en la aventura de su vida. En ese lugar los paisajes y los muros esconden mucho más de lo que parece, y los secretos de siglos aún laten esperando a que alguien los saque a la luz. Un muchacho desesperado y lleno de problemas, un niño en blanco y negro, una antigua promesa aún incumplida y un gato callejero van echando abajo los prejuicios de alguien que pensaba que todo estaba perdido, demostrándole que, para empezar de nuevo, solamente hace falta pararse a admirar una fuente junto a un camino.»
SU AUTORA:
Susana R. Miguélez |
La autora nace en León en el año 1972. Hija de un catedrático de latín y de una gran aficionada a la lectura, los libros han sido una constante en su vida, así como en la de sus hermanos mayores.
Los distintos lugares de residencia por los que fue pasando a lo largo de su niñez y adolescencia, tanto en el norte como en el sur de España y las islas, determinan el carácter abierto y la diversidad de paisajes que se reflejan en muchos de sus escritos; así también la música, su otra gran pasión cultivada desde temprana edad, se asoma a sus relatos con frecuencia.
Ha participado en concursos de cuentos y novela en numerosas ocasiones, descartando ese canal como arranque de su carrera literaria, y optando finalmente por la autoedición de su primera obra, Los cuentos, como yo los entiendo.
En la actualidad colabora con textos en clubes de lectura independientes y revistas de ámbito local. Publica asimismo cuentos cortos en un blog que es visitado diariamente por decenas de lectores.
Los distintos lugares de residencia por los que fue pasando a lo largo de su niñez y adolescencia, tanto en el norte como en el sur de España y las islas, determinan el carácter abierto y la diversidad de paisajes que se reflejan en muchos de sus escritos; así también la música, su otra gran pasión cultivada desde temprana edad, se asoma a sus relatos con frecuencia.
Ha participado en concursos de cuentos y novela en numerosas ocasiones, descartando ese canal como arranque de su carrera literaria, y optando finalmente por la autoedición de su primera obra, Los cuentos, como yo los entiendo.
En la actualidad colabora con textos en clubes de lectura independientes y revistas de ámbito local. Publica asimismo cuentos cortos en un blog que es visitado diariamente por decenas de lectores.
OPINIÓN:
Una fuente junto al camino nos cuenta a través de Irina, nuestra protagonista, su propia historia. Una historia que nos podemos encontrar a la vuelta de la esquina y con la que podemos topar en cualquier momento.
Irina, una mujer de 42 años nos explica cómo se siente con la vida que está llevando. Está hundida, asqueada, harta de todo y la verdad es que no le faltan razones. Tiene la sensación de que nada de lo que hace le gusta a su jefe, y se va sintiendo cada vez más minúscula, más apartada, más inútil. Cree que la baja por depresión en la que se encuentra no es más que un aplazamiento para su despido. Si esto fuera poco, le añadimos un marido, Pedro, que la ha abandonado. Tras años intentado tener hijos sin éxito, pasando por el mal sabor de boca no de uno, sino de tres abortos y múltiples tratamientos de fertilidad, llega el momento de decir BASTA. Irina se cansó de intentarlo y piensa que ese fue el principio del fin de su matrimonio.
Menos mal que no todo es malo y siempre hay alguien en quien confiar, y que nos preste un hombro sobre el que llorar y desahogarnos. En este caso es su amiga Emma, que decidirá por Irina cuáles serán sus siguientes pasos. Irina hará la maleta, cogerá las llaves que le ofrece Emma de la casa de sus abuelos y se irá en autobús sola, y sin ningún medio para ser localizada, a un pequeño pueblo.
En ese lugar encontrará todo lo que necesita. Será un lugar donde nadie la conozca, un sitio donde pasar una temporada a solas, sin interrupciones, sin preguntas, ni obligaciones, un espacio donde poder reflexionar y pensar libremente sin estar atada a los recuerdos que le traen los objetos que hay en su día a día. Un pueblo que desde su llegada le dará la bienvenida, a su manera, y que la verá pasar por las diversas etapas que conlleva un cambio: depresión, negación, maldición, resignación, maduración, esperanza, ilusión y, por último, la toma, con fuerza y decisión, de las riendas de una nueva vida.
Una fuente junto al camino no es sólo la historia de Irina. También conoceremos a Guillermo, al que le sucede algo increíble y sorprendente que le está martirizando. Él también ha ido al pueblo a refugiarse y a buscar respuestas. También hará aparición el bueno de Don Vicente, el cura del pueblo, que nos dará una visión particular sobre un problema del que no vemos más que una solución y ninguna más. La desgracia de Irina se convertirá en un viaje fantástico en el que acompañará a Guillermo a través del tiempo por el pueblo en el que ahora se hospeda, con sus leyendas y su historia de los años 30. La autora nos transportará con su relato hasta la guerra civil, y seremos un poco más conscientes de la lucha de poder existente en aquella época, entre moros y cristianos. Nos explicará de qué modo se construían las casas y la forma de comunicarse entre ellas.
Susana R. Miguélez describe a la perfección el pueblo en el que suceden los hechos. No nos es difícil imaginar los pequeños pueblos de montaña que todos alguna vez hemos visitado, con sus calles empinadas, su fuente de agua potable, los escalones de entrada a las viviendas, el comportamiento de la gente (primero mirándote de arriba a abajo hasta que te conocen). Y no sólo eso. También describe el paisaje excepcionalmente: las montañas, el amanecer,... Es como si estuvieras frente a un espectáculo digno de ver y disfrutar con los cinco sentidos. Y todo eso lo hace tan sólo a través de la palabra.
La historia de Una fuente junto al camino nos deja ver que necesitamos cambios y aire fresco en nuestras vidas, y no estar atados a la rutina diaria. Nos demuestra que podemos y debemos disfrutar de las cosas sencillas pero a la vez, ricas y buenas., que son las que harán que deseemos vivir nuestra vida.
Susana ha conseguido a través de un libro algo que yo no imaginaba. Con lo mal que me caen los gatos, ha logrado que los vea con otros ojos. En su libro, nos enseña el poder terapeútico que los animales ofrecen gratuitamente a todo aquel que convive con ellos. Y "Okupa, la gatita blanca y negra, con el rabo quebrado y los ojillos vivarachos, que no paraba de frotarse contra mis piernas ronroneando y solicitando mimos" se convertirá en la compañia perfecta que ayudará, y mucho, a Irina en su solitaria estancia en el pueblo. "No me importó notar que el animal se enroscaba entre mis pies sobre la cama, era un peso agradable y cálido, y su ronroneo feliz hacía que no me sintiera tan sola.".
Una fuente junto al camino es una historia muy bonita y muy bien contada. Transmite paz, serenidad, sosiego, tranquilidad, amor, cariño, compañerismo, esperanza, superación. Cuando nada parece ir bien ni tener solución, todo se arregla. Transmite valores muy importantes como lealtad, amor por los animales, respeto por lo desconocido y por las opiniones diferentes a las propias.
Su lectura es muy amena. Es un libro que se lee fácil y rápido (yo lo terminé en un día), pero que ahonda en los sentimientos, y te deja huella. Los personajes son entrañables y buenos. La forma de narrar de la autora hace que los sientas cerca, como si tú misma estuvieras en ese pueblo, junto a sus habitantes y junto a nuestra protagonista. Y aunque su ritmo no es trepidante, pues no se trata de un thriller, la historia te engancha, queriendo saber más sobre la historia, más sobre los personajes y, por supuesto, queriendo conocer el desenlace.
La Fuente del Saz, "un manantial, que nacía de una grieta en la pared de roca un par de metros por encima de mi cabeza , bajaba resbalando por la piedra hasta estrellarse en un saliente que dividía el flujo de agua en varios chorros", se convertirá en un lugar privilegiado de nuestra protagonista. Y es que Susana R. Miguélez nos habla de la fuente, de su agua y su pureza. Y nos muestra que esa fuente, ese agua pura es la que te cura heridas externas, y superficiales, y que acaba siendo la base para curar heridas intensas más profundas.
En definitiva, Una fuente junto al camino es la historia de un pueblo envuelto en un halo de misterio. Es una historia de superación personal, de búsqueda del yo interior, contada con determinación, con energía. Un libro muy tierno y entrañable, que no puedo evitar recomendaros.
Me despido con una frase preciosa sacada del libro:
"La música no aflora a los labios cuando se tienen el alma enferma y el ánimo negro".
Para más información:
Esta reseña pertenece a los siguientes retos: