Mostrando entradas con la etiqueta monotonía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta monotonía. Mostrar todas las entradas

sábado, 19 de octubre de 2013

Las noches del dado (José Ángel Mañas)

Buenos días,

Hace un par de semanas os enseñaba el vídeo del libro Las noches del dado, cuyo origen se debe a un proyecto cinematográfico que no se llegó a llevar a cabo. Para lo que no lo hayáis visto, os dejo el enlace aquí. Sus autores son José Ángel Mañas y Antonio Domínguez Leiva, que como os comentaba en la entrada del booktrailer son los autores de "Historias del Kronen" y "El hombre de los 21 dedos" respectivamente, y ha sido publicada en formato digital por la editorial Literatura Com Libros.

Gracias a LcLibros por el ejemplar digital


SINOPSIS:

Un grupo de expatriados en un exótico país latinoamericano decide romper con la inercia de sus vidas recurriendo al azar. Dejando que un dado decida por ellos sus acciones, se verán inmersos en un juego absorbente, lleno de transgresiones cada vez más profundas, que acabará poniendo en peligro sus relaciones, sus posiciones sociales e incluso sus propias vidas. Los cuatro protagonistas de esta novela han decidido apostar por la libertad absoluta frente a las limitaciones de existencias decepcionantes. ¿Pero cuál es límite entre la libertad absoluta y la absoluta locura?

Las noches del dado es una breve pero hipnótica aventura en cuyo fondo late la resistencia innata del individuo contemporáneo a verse sometido a la rutina, integrado en la masa y asfixiado por la mediocridad.



OPINIÓN:

Las noches del dado es un libro muy corto, de tan sólo 81 páginas. A través de él podemos conocer a nuestro protagonista principal, Max. Un chico que "había estudiado cine en la mejor escuela de Nueva York". Su padre regentaba un casino, y vivía, a pesar de la diferencia de edad, con una antigua Miss Caribe. Max tenía fama de chico rebelde e insoportable, incluso en su trabajo, y "subsistía gracias al cheque que le seguía enviando religiosamente su progenitor cada principio de mes." Resumiendo, Max era "un loco, un idealista, consecuente hasta la obscenidad consigo mismo".

Uno de sus compañeros de trabajo, José, tras una reunión fallida con unos clientes debido a la forma que Max tiene de exponer los datos, mantiene una conversación con éste, en el que le confiesa: "lo que necesito es sentirme vivo… Pero vivo de verdad. No como este simulacro de vida globalizada de los cojones."

Cuando salen del bar en el que han mantenido su primera locura conjunta, se acercan al casino del padre de Max a por dinero. Justo cuando están aparcando, el padre de Max cae encima del capó del coche desde un octavo piso, y obviamente muere.

En el entierro se reencuentra con otro de los personajes que participarán en Las noches del Dado. Se trata de Raúl, un banquero que no ve a Max desde hace muchos años, y que está cansado de su monótona vida. "Mi vida era como una misma secuencia repetida mañana tras mañana." Tras el sepelio se citan en un bar y Raúl recuerda que, el día que Max le presentó a su padre, él trabajaba de camarero en un bar, al que fueron a cenar ambos, y se le quedó grabado el final de la conversación que mantuvieron padre e hijo: "La vida es una ruleta, Max. No hay explicaciones que dar cuando no sale tu bola. No hay nada que hablar con el crupier. Aprende a poner la suerte de tu lado y no te lamentes nunca, me oyes…". 

Continúan poniéndose al día, y en esa charla Raúl, que había estudiado económicas, le dice a Max: "Técnicamente la vida son probabilidades y decisiones basadas en riesgos calculados ... Lo único que tienes que tener claro es saber cuánto estás dispuesto a perder para poder ganar." A partir de esta pequeña conversación con Raúl, Max se obsesiona con el azar

Junta a sus amigos José y Raúl y les dice: "El dado va a ayudarnos a tomar las decisiones que jamás tomaríamos sin él." Les habla de la pirámide de Maslow de una manera fulminante. "Es la pirámide de nuestros deseos. Comidos, calentados, follados y cagados, generamos nuevas necesidades. Nos aburrimos. Nos agobiamos. Nos asfixiamos." " Vivimos acojonados por los límites que la sociedad impone a nuestros deseos. Tratamos de seguir, como perritos falderos, sus órdenes contradictorias, de querer y repudiar lo que se supone que tenemos que codiciar y rehuir… Y nuestro principal enemigo es nuestra mente, ese parásito que la sociedad nos ha metido dentro para controlarnos y hacernos previsibles." 

Al final los tres amigos comienzan, casi sin darse cuenta, a jugar con el dado, que marcará las decisiones que irán tomando instantáneamente, sin pensar en las responsabilidades, ni en las culpas, ni en las formas.

Más tarde llegará a unirse Silvia, la mujer de Raúl, una persona muy inestable y que había pasado por varias crisis de ansiedad. "Ella se sentía agredida por todo cambio, por nimio que fuera.

Las noches del dado serán noches en las que pasará de todo, sexo, drogas, mentiras, robos, intimidación, allanamiento. Todo está permitido si lo han asignado a un número y ha sido el número elegido por el dado. Sin peros, sin contratiempos, sin rechistar. Sólo hay que vivir aventuras, disfrutar y hacer lo que de otro modo jamás se te pasaría por la cabeza, o no te atreverías. 

Los cuatro protagonistas de esta historia tienen algo en común: el aburrimiento, el querer algo más en sus vidas, el hecho de sentirse vivos y disfrutarlo sin inhibiciones, sin prohibiciones, sin límites. Y no será algo que no hemos pensado todos en alguna ocasión, en el que necesitamos un cambio en nuestras vidas, e incluso a veces un cambio drástico.

Es una historia que se centra en el momento, en el ahora, en lo que va a ocurrir dentro de unos segundos, y en cuál va a ser el siguiente paso que seguirán nuestros protagonistas guiados por el dado. No se entretiene perfilando a los personajes, porque lo que realmente importa es la acción. 

Las noches del dado es una historia desenfrenada, con un vocabulario en muchas ocasiones vulgar, en el que las normas no existen, se marcan a cada momento y cuya decisión no la toma nadie salvo el dado que tienen en las manos. Ya no hay que pensar qué hacer, el dado lo dirá. Libra, pues, a los protagonistas de la responsabilidad, de las cargas, de la mala conciencia.

Pero una se pregunta si este nuevo estilo de vida puede durar para siempre, o también nos cansaremos de vivir y actuar ajeno a las reglas de la sociedad en la que vivimos. Si seremos capaces de soportar la ausencia de responsabilidad de nuestros actos, el no poder tomar una decisión por nosotros mismos, y el estar siempre atados al dado.

En cuanto al texto escrito, me ha llamado la atención que el autor no haya querido resaltar aquellos vocablos que utilizamos al hablar dependiendo de nuestra zona de procedencia, pero que no son gramaticalmente correctos. Por ejemplo: "nesesitaría que hisieras una transferensia ...". Por lo visto José Ángel es muy dado a usar la jerga de la calle tal cual, aunque sean palabras que no existen en el diccionario.

Resumiendo, Las noches del dado nos cuenta una historia repentina y alocada, tal vez, no apta para todos los públicos. No todo el mundo quiere leer este tipo de novela, cruda aunque potencialmente real. Lo que puedo decir es que si el booktrailer te ha gustado y te ha dejado con ganas de más, léela. 

Calificación: